LA REPRODUCCION EQUINA

EL CORTEJO & APAREAMIENTO- El caballo en la etapa del cortejo realiza una gran variedad de comportamientos, buscando atraer a la yegua, cabe anotar que estas conductas que asume el caballo durante esta etapa se dan de manera sistemática, las cuales consisten en:

• Mirar insistentemente a la yegua.
• Relinchar con energía, constantemente y de manera prolongada.
• Levantar las orejas, abrir los ojos excesivamente y dilatar sus ollares.
• Doblar su cuello para verse con mayor volumen corporal.
• Aproximarse marchando elegantemente delante de la yegua, colocándose de frente a ella.
• Olfatear a la yegua (ollares, orejas, cuello, axilas y el bajo vientre) y lamer sus miembros posteriores.
• Lamer y olfatear igualmente la zona genital de la yegua, levantando su cuello, el labio superior y mostrando sus dientes.
• Golpear con el pecho a la yegua para que ella cambie de postura.
• Morder suavemente la crin de la yegua.
• Frotarse contra ella.

El caballo se excita con las respuestas de la hembra en celo, esta comienza a abrir y cerrar de manera constante su vulva, para posteriormente levantar su cola, permitiendo así el paso al caballo, quien en este momento ya esta completamente seguro que no va a ser rechazado, hay sumisión por parte de la hembra.

El acto reproductivo dura entre 15 y 20 segundos máximo, tiempo durante el cual el caballo eyacula para así fecundar el óvulo, en el momento exacto de la eyaculación el caballo mueve su cola de arriba a bajo.

EL CABALLO Y SU ALIMENTACION
A continuación recogemos una serie de reglas que le recomendamos seguir para conseguir que la alimentación de su animal sea la adecuada:

• Mantener siempre una dieta equilibrada: esto es, variar los alimentos del caballo, vigilando que no sólo coma hierba o concentrado.
• Darle gran número de comidas pero cada una de ellas de poca cantidad: el estado natural del caballo le hace comer prácticamente de forma constante, nunca debemos dejarle más de ocho horas seguidas sin comer. Pero sin darle gran cantidad en cada una de las comidas.
• Cree una rutina y sígala: los caballos son animales de costumbres, cualquier cambio en el horario de sus comidas, puede llegar a producirles una alteración intestinal (cólicos).
• No haga cambios repentinos en la dieta: podrían producir trastornos intestinales en el animal.
• Tenga preparada constantemente agua limpia y fresca: debemos darle agua antes de las comidas. El agua es fundamental para el caballo, ya que supone un 60% de su peso corporal y además la utiliza para la digestión.
• No obligue al caballo a realizar fuertes trabajos o a viajar justo después de comer.
• Mantenga limpias todas las zonas de almacenaje de la comida.
• Intente que el heno o el pasto de corte, permanezca siempre seco.
• Vigile la calidad de todos los alimentos.
• Tenga en cuenta que cada caballo deberá ser tratado como un individuo a la hora de diseñar su dieta. Tenemos que analizar sus características particulares: raza, peso, edad, ejercicio que realiza a lo largo del día... para poder determinar qué tipo de alimentación precisa, así como su cantidad.

Puede guiarse por estos parámetros para determinar la cantidad de comida que requiere su caballo:

• Un caballo de más de 1,50 metros: entre 12 y 14 kg de comida diaria.
• Un caballo de menos de 1,50 m: entre 11 y 12,5 kg.

Para determinar la relación óptima entre la cantidad de forraje y de concentrado puede hacerlo según estos datos:

• Comida de mantenimiento o básica: 100-70% forraje y 0-30% concentrado. Para mantener al animal en su peso, dieta óptima durante la época del verano.
• Comida para animales que realizan poco trabajo: 70-60% forraje y 30-40% concentrado.
• Comida para caballos de trabajo medio: 60-50% forraje y 40-50% de concentrado.
• Comida para animales que desarrollan un trabajo duro o de competición: 50-40% forraje y 50-60% concentrado.
• Comida para animales que compiten en pruebas de alta resistencia o que realizan un trabajo muy duro: 30-40% forraje y 60-70% concentrado.

Alimente bien su caballo, recuerde que su ejemplar le proporciona un sin número de alegrías.